Echo de menos a Héctor.
Y el lavavajillas.
Y el microondas.
Por este orden
Esta mañana tuvimos una salida de casa accidentada para ir al colegio Al entrar en el coche Eva pisó una caca de perro (me gustaría saber qué vecino deja que su perro se alivie en nuestro jardín), que esparció por el coche, su ropa y la de su hermana. ¡¡¡Nooo, el primer día de cole no podemos llegar oliendo a mierda, por mucho que digan que eso es síntoma de buena suerte!! Así que volvimos a la casilla de salida y todo el mundo a cambiarse de ropa. Sorprendentemente, llegamos al colegio a tiempo, pero con el corazón latiendo a mil. Los niños entraron contentos. Y no olían a caca. Y salieron contentos también. Y tampoco olían a caca.
Me acuesto a las 9 de la noche, la misma hora a la que se van a la cama los niños. Y me pregunto dónde se fue mi día.
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